jueves, 6 de diciembre de 2012

LACTANCIA MATERNA

LACTANCIA MATERNA

La lactancia materna es la alimentación con leche del seno materno. El cuidado adecuado de los pezones, la frecuencia apropiada de amamantamiento y otras medidas, pueden evitar muchos de los problemas comunes de la lactancia materna.


Cuidado de los pezones:
En la mayoría de las mujeres, los pechos tienen pezones que sobresalen ligeramente cuando están en reposo y se ponen erectos cuando son estimulados, como sucede con el frío. Durante el embarazo, el pezón y el área pigmentada alrededor de éste (areola) se vuelven más gruesos, preparándose para el amamantamiento. Las glándulas pequeñas (glándulas de Montgomery) de la areola se vuelven más visibles. Éstas contienen un lubricante para evitar que el pezón y la areola se sequen, agrieten o infecten. Los jabones y lavar o secar duro los pechos y los pezones, puede provocar que éstos se resequen y agrieten y, por lo tanto, debe evitar hacerlo. Algunos expertos recomiendan dejar leche en el pezón después de amamantar y permitir que ésta se seque y le sirva de protección. Es importante mantener secos los pezones entre comidas para evitar que se agrieten e infecten.
La posición del bebé:
Para amamantar con comodidad, es necesario colocar al bebé en una posición correcta. Hay algunas guías para ayudarle a desarrollar su propia técnica. También puede ayudarle el observar a otra madre cuando esté amamantando o practicar con una que tenga experiencia. La clave es sostener la cabeza, el cuello y la espalda del bebé en línea recta, con su pecho enfrentado al de la madre. Para comprender porqué, mire por sobre su hombro y trate de tragar al mismo tiempo. Notará que no es precisamente cómodo. Si su bebé está sobre sus faldas y tiene que girar su cabeza para alcanzar a su pecho, no puede tragar de manera adecuada.
  • Agarre tipo cuna Siéntese en una silla cómoda y si es posible, con brazos. Ponga a su bebé sobre su abdomen, barriga con barriga. La cabeza del bebé debe estar recostada en la curva de su brazo y de cara hacia su pecho. Las rodillas del bebé deben estar por debajo de su otro pecho. La cabeza, espalda y piernas del niño deben estar en línea recta. Se puede mantener esta posición todo el tiempo que dure el amamantamiento. Si le empieza a doler el pezón mientras está amamantando, revise si su bebé se ha resbalado y si las rodillas están colocándose en dirección al techo en lugar de permanecer a su costado.
  • Agarre tipo pelota de fútbol americano Recueste la parte posterior de la cabeza de su bebé en su mano, con el cuerpo bajo su pecho y hacia el codo. Coloque una almohada bajo su codo para que le ayude a sostener al bebé por el trasero. Utilice su otra mano para sostener su pecho. Esta posición le permite controlar la cabeza del bebé y le asegura una buena posición para succionar.
  • Posición lateral Acuéstese de lado con su cabeza apoyada en su brazo. Su bebé puede acostarse a su lado, con la cabeza hacia su pecho. Acerque cómodamente al bebé y colóquele una almohada detrás, para apoyarlo.
En raras ocasiones, un bebé puede tener trastornos de succión que tengan que ser evaluados por un doctor. Un especialista certificado en lactancia materna puede ser de gran ayuda para enseñarle a un bebé cómo amamantarse. Si su médico u hospital local no la pueden remitir a un especialista en lactancia materna, llame a ILCA al (708) 260-8874.
Frecuencia con que amamantar:
Por lo general, la mayoría de los bebés se amamantan cada 1 ó 2 horas durante las primeras semanas. La leche materna se digiere más rápidamente que la de fórmula, por lo que es necesario amamantarlo con más frecuencia. Aunque no pueda medir la cantidad de leche que su bebé toma, usted puede saber si se ha alimentado lo suficiente cuando: el bebé se amamanta cada 2-3 horas, moja de 6 a 8 pañales al día y está aumentando de peso en forma adecuada (1 libra por mes). La frecuencia de la alimentación disminuye con la edad, ya que el bebé puede tomar más leche cada vez que se alimenta. Así que no se desanime; finalmente usted podrá hacer más que dormir y amamantar!
Alimentación nocturna:
Durante el embarazo, su bebé se alimentaba de manera continua y no sabía lo que era el hambre. Después del nacimiento, los bebés necesitan ser alimentados con frecuencia. Durante las primeras semanas, su bebé querrá alimentarse a toda hora. Esto es normal. Para algunas madres, acostar por la noche al bebé en su cama o colocar un bacinete a su alcance, les permite satisfacer las necesidades del niño, desvelándose poco. Otras madres prefieren mantener al bebé en una habitación separada y tener una silla cómoda allí. Se cuentan "historias de horror" sobre padres que se dan vuelta sobre los bebés y los asfixian mientras duermen. Por lo general, estos sucesos han ocurrido solamente cuando la persona encargada de cuidar al bebé estaba bajo la influencia del alcohol o de medicamentos que interfieren su sueño. Si usted elige compartir la cama, puede tomar medidas para que sea lo más seguro posible. Mantenga la cama alejada de las paredes a ambos lados para evitar quedar atrapada y evite las mantas, duvets o almohadas pesadas.
No duerma con su bebé en camas de agua, sillones o divanes. Como en el caso de bebés que duermen en cunas, siempre coloque a su bebé sobre su espalda para dormir. Si usted prefiere compartir la cama, puede tomar medidas para que sea tan seguro como sea posible. Mantenga la cama alejada de las paredes a ambos lados para evitar encierros y evite las mantas, duvets o almohadas pesadas. No duerma con su bebé en camas de agua, sillones o sillones para dormir. Como ocurre con los bebés que duermen en cunas, coloque al bebé sobre su espalda para dormir.
Si usted regresa a trabajar, no se sorprenda si su bebé quiere amamantarse con más frecuencia durante la noche. Si no logra dormir bien con su bebé en su cama, podrá darse cuenta que con mantenerlo en la misma habitación o en una lo bastante cerca para oírlo, es suficiente. Si decide dormir con su bebé, tenga cuidado con el síndrome de biberón. Este ocurre cuando se permite a los bebés alimentarse del pechode la madre toda la noche, lo mismo sucede cuando los bebés toman biberón toda la noche.
Suministro de leche:
Algunas madres dejan de amamantar durante los primeros días o semanas porque sienten que no están produciendo suficiente leche. Unas pocas semanas después del nacimiento, sus senos pueden parecer menos llenos. Esto no se debe a que estén produciendo menos lecho: en cambio, significa que sus senos se han habituado a producir leche y el tejido circundante es menos dilatado. Puede parecer también como si su bebé estuviera siempre con hambre. Usted no puede medir la cantidad de leche que su bebé toma, así que probablemente se preocupe de que no esté produciendo suficiente leche. En realidad, la necesidad cada vez mayor de su bebé de amamantarse, le manda señales a su cuerpo para producir más leche. Esta es una forma natural en que su cuerpo determina la cantidad de leche que el bebé necesita y brindar el suficiente suministro de leche.
Las primeras semanas pueden ser difíciles y frustrantes para usted, pero no se dé por vencida. Si puede resistirse a complementar la dieta de su bebé con fórmulas durante las primeras cuatro a seis semanas, su cuerpo responderá de manera apropiada y producirá suficiente leche. Complementar la dieta de su bebé con fórmulas, solamente engañará a su cuerpo, haciéndole creer que el suministro actual de leche es suficiente.
Confusión pezón-chupón:
El pecho y el pezón de la mujer son muy diferentes al biberón y su chupón. Piense en cómo bebe de un vaso y cómo lo hace de una pajita o popote: son habilidades totalmente distintas. Un bebé tiene que aprender a adaptarse al tipo de chupón que va a utilizar. Un chupón de hule (de un biberón o un chupete), puede crear confusión en el bebé y hacer que el amamantamiento sea más difícil, especialmente durante los primeros dos meses. Transcurrido este tiempo, el suministro de leche ya estará bien establecido, ambos se sentirán cómodos con la técnica y rutina del amamantamiento y el uso esporádico de un chupón de hule provocará menos confusión en el bebé

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